Historia de la
publicidad en Colombia
El primer anuncio comercial apareció en 1801 en el
periódico "Correo Curioso, Erudito, Económico y Mercantil", editado
por don Luis Fernando de Azuola y Jorge Tadeo Lozano.
Desde finales del siglo pasado surgieron una serie de
empresas que requerían de la publicidad para impulsar sus ventas.
Bavaria. Nació en 1889 en Bogotá, Cervecería Antioqueña
en 1902.
En 1907 surgió la Compañía Colombiana de Tejidos,
Coltejer.
La Compañía Colombiana de Tabaco se fundó en 1919.
En 1920 la Fábrica de Hilados y Tejidos El Hato,
Fabricato.
La primera agencia que surgió fue Comercio y Anuncio, de
Alberto Mejía Botero. En 1930 en Antioquia.
Antioquia pionera de la publicidad colombiana
En Antioquia se inicia la propaganda, con ella nacieron
las agencias y empezó el progreso de esta actividad en el país.
Coltabaco la pionera
Primera empresa que entró a incursionar dentro de lo que
fue la publicidad moderna en Antioquia. A partir de 1920. Fue de las primeras
empresas en conformar un departamento de Publicidad, con Alberto Sáenz Moreno.
Luego la industria manufacturera como las textileras. Coltejer, Fabricato
y Tejicondor.
Repostería Astor Historia
1930:
En 1930,
el suizo Enrique Baer abrió el Salón de Té Astor en Medellín, Colombia, donde
había llegado unos años antes a trabajar como técnico pastelero en una fábrica
de chocolates.
Su clientela estaba compuesta principalmente por los residentes europeos
de Medellín, fieles desde un comienzo, y los miembros más encopetados de la
sociedad, quienes después de pasear por las calles empedradas de la carrera
Junín o de visitar sus elegantes almacenes, entraban a darse gusto con las
exquisiteces del Astor o a comprar confitería fina para llevar a sus casas.
1940: Nueve
años después, recién ubicados en un amplio local de la misma calle, el Salón de
Té Astor atendía a su distinguida concurrencia en un agradable salón alrededor
de un patio central, donde se encontraban las mesas con manteles bordados, y se
servía en vajilla de porcelana, copas de cristal, tazas y teteras, charoles y
cubiertos de plata.
1950: Para ese entonces, entre los jóvenes ya estaba acuñado el
verbo “juniniar”, que hacía alusión a la cita que al final del día,
especialmente los viernes, hacían los muchachos para encontrarse en las
esquinas de Junín o en una mesa del Astor, y ver desfilar a las estudiantes de
los prestigiosos colegios de la Presentación, El Sagrado Corazón o La
Enseñanza.
1960: Con ocasión de la ampliación del aeropuerto Olaya Herrera Medellín, se
abrió nuevo puesto de venta cerca de la salida de los vuelos nacionales, donde
los viajeros consumían sus productos al llegar o salir de la ciudad. Y, al
igual que en el Salón de Té, la limpieza, el orden y la estética en la
presentación de la mercancía, y la política de “su majestad el cliente”
convirtió la marca Astor en un símbolo reconocido en el ámbito nacional.
1970: En el Salón de Té Astor se hacía fila para ocupar las
mesas, y escoger entre más de setenta productos que ofrecía su carta de menú,
como el jugo de mandarina, los moritos o el helado copa Gabriela, bautizado así
por el nombre de una de las empleadas, costumbre en la repostería que cuenta
con otros ejemplos, como las galletas Lucía.
1980: los dueños del Astor recibieron el Mercurio de Oro, máximo galardón
que entrega a sus afilados la Federación Nacional de Comerciantes, FENALCO.
1990: En 1995, en el Astor más del 50% de sus empleadas llevaba
un tiempo superior a veinte años, y muchas de ellas llegaron hasta la
jubilación, trabajaron con sus hijas y sobrinas, y en algunos casos contrajeron
matrimonio con empleados del Astor.
2000: Al igual que en tiempos de la inauguración del Astor, en el siglo XXI,
la carrera Junín conserva su importancia. Por allí transitan más de 300 mil
personas al día y, muchas de éstas han visitado el Salón de Té después de su
agradable remodelación.
2010: la Repostería cuenta con 155 empleados, de los cuales 129
son mujeres cabeza de familia, a quienes se les tiene en consideración su
participación en actividades familiares.
Análisis de piezas
Estas fueron las primeras
piezas publicitarias de El Salón de Té Astor, las cuales fueron plasmadas en
avisos de prensa y diarios de la época, como medios primarios para poder
publicitar y anunciar sus productos y servicios. De esta manera lograr la mayor
persuasión de su público para poder vender y llegarles de la forma más
efectiva. En ese entonces en la década de los años 30 y 50’s el consumo y el
comercio obligaba a empresas como Astor que apenas comenzaban a hablar mediante
textos claros y muy directos, mensajes que iban de la mano de la tradición y de
hábitos que en ese entonces se practicaban.
Por ejemplo uno muy claro era
que después de ir al cine tomarse un Té en el Astor era la mejor opción. Luego
se hacía énfasis en un valor agregado indispensable para la época que era
ofrecer el servicio a domicilio, fundamental, pues solo se contaba con una
tienda, y no todas las personas tenían la facilidad de dirigirse hacia esta.
Otros mensajes llamativos
era hablarle a un público en específico, en este caso las mujeres quienes
tomaban un lugar como público principal.
En cuanto a la gráfica el
uso de texto era predominante, no se contaba aún con imágenes, solo texto con
títulos llamativos, en negrita, cabezotes con un tipo de letra más grande que
el del contenido, muy caligráfico y la tipo con estilo “serif”, su layout era
muy marcado, con cabezote, cuerpo de texto y al final el pie o pata.
En las siguientes piezas se
comienza a ver un poco de la evolución que iba teniendo la manera de publicitar
para El Astor, ahora la incursión de la imagen ya fuera tipográfica o
ilustrativa empieza a tener mayor importancia y acompañamiento a los textos
para un anuncio más completo, llamativo y que le daba mayor claridad a la hora
de enviar el mensaje al público.
En este caso los cuerpos de
textos ya debían disminuir su proporción, ahora el complemento de la imagen
ayudaba a entender de forma más directa y clara lo que se quería anunciar. El
juego con la ilustración era indispensable a la hora de mostrar los productos,
así se vieran caricaturescas pero daban a entender la razón social de la
empresa. Los mensajes acompañados a las ilustraciones y fotografías de los
productos daban una mejor denotación e incluso el impacto era más fuerte al ver
que no solo las piezas incluían texto.
Por ende las gráficas daban
origen a estilos gráficos y vanguardias que iban de la mano con la época, en
este caso se comenzaba a reflejar estilos marcados como simbolismos que iban
acorde a fechas especiales y a cada producto que allí se ofrecía.
La aparición de los
productos ofrecidos por el Astor va de la mano con la evolución artística de la
época en la cual se empiezan a utilizar diferentes técnicas para la ilustración
de avisos publicitarios. En estas piezas podemos apreciar también la consecución
de los copys utilizados, ya no son una simple invitación con dirección o número
telefónico, sino que se aprecian frases que llaman la atención y aluden a los
sentimientos que producen los productos dulces que se venden.
En cuanto a la grafía de
esta época en general podemos ver la ilustración de productos acompañados de tipografías
diferentes pero que como principal característica resaltan en colores como el
amarillo o rojo y que además son de un buen tamaño en la pieza.
La aparición de personajes
representativos como las mujeres y los hombres de alguna manera hablan de la
clase social que asistía a la repostería. Características como la buena
vestimenta, peinados llamativos y expresiones muy sutiles eran las
ilustraciones para la época.
Las mujeres como arma fundamental en las piezas publicitarias, evocando
la clase, el buen gusto y la calidad del lugar. Copys encaminados a mostrar la
realidad de la época en la que las mujeres atendían a los hombres “siempre bien
atendidos…” “clientes satisfechos” acompañados de la imagen de la mujer
llevando el charol con los alimentos y con el mantel de cocina amarrado a su
torso.
Evolución
y utilización de nuevas técnicas.
El pop
art o Arte popular: utilizado en estas piezas que como características
principales están los colores puros, brillantes y fluorescentes; además de la repetición
de una figura en diferentes fondos
Además de la ilustración y colores en herramientas digitales, aparece la fotografía, consiguiendo así un montaje de elementos ilustrados y reales como la mano de una persona.
Cubismo: esta pieza marca el camino trazado por el Astor en la búsqueda de un público más joven que se pueda sentir identificado con una gráfica y estilo diferente. Figuras planas, elementos en yuxtaposición y una libertad en la composición característica del cubismo.
ABSTRACCIÓN
SIMBOLISMO:
las
tradiciones locales e internacionales utilizadas para impulsar los productos hechos
por la marca ( Halloween, día de pascua, navidad, amor y amistad, día del niño)
Astor utiliza imágenes representativas a estos días, y las complementa siempre
con el color corporativo de la marca el rojo y frases para exaltar sentimientos
o momentos que viven las personas a través de los dulces.
El huevo y el conejo en la pascua, la calabaza y las
brujas para al Halloween, los muñecos de nieve y los pinos en Navidad, son
algunos de los elementos utilizados para conmemorar las fechas.
Utilización de elementos representativos de la repostería como los sapitos, postres y chocolates, hacen parte de la grafía de las piezas, utilizándolos para darle significación al estilo caricaturesco de algunas de sus piezas.
Biografía
ANTIOQUIA: PIONERA DE LA PUBLICIDAD COLOMBIANA, REVISTA PUBLICIDAD
Y MERCADEO Número: 65 Año: 1986 Páginas: 63-67.
Fuente - Autor: Libro:
Historias de publicidad / Manuel Lorenzo Villegas J./ Publicado en
mercadeoypublicidad.com
www.elastor.com.co/ historia